sábado, 4 de marzo de 2017

Tentaciones, hoy

 En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.
El tentador se le acercó y le dijo:
"Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes."
Pero él le contestó, diciendo:
"Está escrito: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.""
Entonces el diablo lo lleva a la ciudad santa, lo pone en el alero del templo y le dice:
"Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: "Encargará a los ángeles que cuiden de ti, y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras."
Jesús le dijo:
"También está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios."
Después el diablo lo lleva a una montaña altísima y, mostrándole los reinos del mundo y su gloria, le dijo:
"Todo esto te daré, si te postras y me adoras."
Entonces le dijo Jesús:
"Vete, Satanás, porque está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto."
Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles y le servían. (San Mateo 4,1-11)

La Iglesia nos invita a detenernos en el primer domingo de Cuaresma en el evangelio de las Tentaciones de Jesús, tal y como nos las narra el evangelio de Mateo.
Un evangelio en el que se nos presenta a Jesús en el “desierto, ayunando y tentado por el diablo”. Un texto sobre el que podemos encontrar con facilidad numerosos comentarios sobre el significado de cada una de las tentaciones y el por qué de las mismas y…
Estando al principio de este tiempo litúrgico de la Cuaresma me apetece más preguntarme por la actualidad de lo que nos narra el evangelio para nuestro mundo, nuestra Iglesia, nuestra realidad,… para cada uno de nosotros. Preguntarnos por nuestras propias “tentaciones”, por nuestras aspiraciones de que se cumplan nuestros deseos por encima de otros intereses, que se hagan realidad nuestros planes por encima de los que nos rodean e incluso por encima de los planes de Dios,… ¿Acaso nosotros no tenemos tentaciones similares a las que nos narra el evangelio?
Vemos en el evangelio a un Jesús tentado por “lo fácil”, por “quedar bien”, por “el poder”, ¿acaso no son tentaciones que se repiten a pesar de los siglos transcurridos? ¿Acaso no son estas aspiraciones, deseos, tentaciones,… las que nos hacen ponernos “colorados” cuando analizamos lo que pasa en nuestro mundo?
Creo que merece la pena que hagamos el esfuerzo de desenmascarar las tentaciones que son realidad hoy para poder encontrar la respuesta vital a cada una de ellas. Y sería bueno que no nos diera pereza hacer el ejercicio de “irnos al desierto” para detectar nuestras propias tentaciones, las de nuestro mundo y las de nuestra iglesia. Seguro que no es una pérdida de tiempo como a algunos les puede parecer. Si no somos conscientes de las tentaciones difícilmente podremos preparar nuestra respuesta personal y comunitaria.
¿Será nuestra principal tentación conformarnos con que “nos lleve la corriente”, ir a lo fácil, “a lo que se lleva”,…? Ciertamente es lo más cómodo y lo que menos problemas da. ¿Será una tentación nuestra buscar la alegría y la libertad por caminos diferentes a los propuestos por Jesús? Esa es, no nos engañemos, la opción de gran parte de nuestro mundo, aunque sus logros sean cuando menos discutibles. ¿Será una tentación de la iglesia mantener “números y poder” en lugar de construir el “reino de Dios y su justicia”? No tenemos que devanarnos la cabeza para encontrar ejemplos de ello. ¿Cuál es mi tentación en estos momentos que estoy viviendo? Creo que bien merece la pena que dediquemos un momento a responder a este interrogante.
Esta Cuaresma puede ser un buen momento para descubrir nuestras propias tentaciones, y las de nuestro mundo, y poner los medios para dar respuesta a las mismas. Nadie puede hacer esta labor por nosotros y creo que merece la pena realizar este esfuerzo.
No se trata de descubrir nuestras “miserias” para ahogarnos en ellas sino que es un ejercicio que nos hará vivir más felices y nos ayudará a hacer felices a los que se encuentran a nuestro alrededor.
¡¡¡Que haya suerte en el intento!!!

1 comentario:

  1. Buenas tardes a todos. Efectivamente, todos tenemos tentaciones en la vida. De diverso calibre pero tentaciones al fin y al cabo. A veces resistimos y nos sentimos bien y otras muchas caemos como "felipones". El que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Incluída la propia institución eclesial que está llena de seres humanos falibles por definición. El examen de conciencia individual es algo indelegable y siempre despeja el panorama. Caemos una y otra vez. Lo importante es ser conscientes de nuestras limitaciones, levantarnos e intentar mejorar día a día. Como individuos y como miembros de una sociedad. A veces lo conseguiremos. Otras veces no lo lograremos pero no debemos dejar de intentarlo. En cuaresma podemos pedir; "Creo Señor, pero aumenta mi fé". Muy pocas cosas verdaderamente importantes se consiguen sin esfuerzo. Pero luego la gratificación es grande. Un saludo a todos.

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