miércoles, 20 de diciembre de 2017

Para leer despacio


Señor, Tú eres Dios-con-nosotros.
Plantaste tu tienda en esta tierra hace más de 2000 años
y no la has levantado ni la levantarás jamás.
Vives en nuestras casas, calles y caminos.
Eres el Dios humano, cercano, solidario, íntimo,
que haces posible lo imposible con la fuerza de tu amor.

Señor, danos la mirada limpia y atenta,
para descubrirte y reconocerte en la vida,
en mis gozos y esperanzas, en mis tristezas y angustias,
en los gozos y esperanzas, las tristezas y angustias
de quienes más sufren y de todas las personas.
Que sepamos verte y oírte, sentirte y tocarte.

Señor, danos la valentía de Juan Bautista,
para gritar con palabras y obras cargadas de amor:
en medio de vosotros hay uno que no conocéis”;
para que sepamos mostrar tu presencia,
a quienes te buscan a ciegas y no te encuentran,
a los que te necesitan, aunque no lo reconozcan.

Señor, gracias por compartir nuestra vida,
gracias porque quieres encontrarte con nosotros,
gracias por la alegría de anunciar a otros
tu presencia salvadora.

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