domingo, 29 de mayo de 2016

Agradecimiento a Luis Padura

                     Ayer, 28 de mayo, en la Escuela Artística Valle de Llanteno, el herrero Luis Padura impartió una Charla Coloquio titulada “La forja del hierro. De lo útil a lo bello”. Asistencia numerosa, conferenciante lúcido, exposición bien preparada y muy interesante en su contenido,… un rato muy agradable y, como siempre sucede en ese lugar, en buena compañía. No se puede pedir más.

            Al finalizar el coloquio, la Escuela aprovechó el momento para realizar un agradecimiento público a Luis por los 30 años que ha estado impartiendo clases de talla de madera en la Escuela Artística. No me he equivocado. Sí, un herrero dando clases de talla de madera. Tan solo es una de las múltiples disciplinas que Luis domina a la perfección y que ha sido capaz de compartir con sus alumnos a lo largo de tanto tiempo.
            Se le hizo entrega de un obsequio y se leyó este texto que reproduzco a continuación. Un escrito que los organizadores del encuentro me solicitaron a fin de recoger en papel el sentimiento unánime de agradecimiento por su constancia, su generosidad, su buen hacer y, sobre todo, por haber podido compartir tantas buenas experiencias y no pocas dificultades.
           

“30 años al servicio de la Escuela Artística “Valle de Llanteno”

            No queremos caer en la tentación de hacer estos momentos una biografía de Luis Padura ni tampoco un resumen de tu andadura en la vida de la Escuela, ni de su trascendencia en el desarrollo de la misma, ni de su valía personal y comunitaria, porque ni tenemos tiempo ni es ese el objetivo de estas pocas líneas en el día en el que se despide como profesor de la Escuela Artística “Valle de Llanteno” tras 30 años de desvelos por la misma.
            Somos muchos, difícil de contar con nombres y apellidos, quienes hemos tenido la suerte de poder escuchar sus orientaciones técnicas, sus consejos artísticos y, sobre todo, hemos tenido la suerte de contarnos entre sus alumnos y amigos. Viviendo lo que hemos vivido, no nos extraña que haya estado tanto tiempo dando clases, con excelentes resultados, en Orduña, en Legazpi, en Balmaseda, El Pobal,… y nos sentimos orgullosos de que Llanteno haya sido su “cátedra más mimada”.
            Nuevamente, como en otras muchas ocasiones, nos encontramos sin saber cómo agradecer con unas pocas palabras tanto esfuerzo realizado, tantas horas dedicadas a la Escuela, tanta paciencia exprimida por la tozudez de los alumnos, tanto buen consejo “caído en saco roto”, tantas actividades a las que has renunciado por compartir tu maestría, tantos contactos realizados para que las charlas de la Escuela tuvieran un espacio propio en Ayala y en toda la Comarca, tantas excursiones preparadas con mimo,… No sabemos expresarlo con palabras pero nuestro agradecimiento, Luis, te aseguramos que sale desde muy dentro de cada uno de nosotros.
            Hemos aprendido a dejar bailar las gubias en búsqueda de las figuras geométricas que estaban en la madera y a las que tan solo hay que quitarles la madera que tienen alrededor para gozarlas en su perfección milimétrica, hemos conocido de primera mano que el formón debe respetar siempre lo que la naturaleza ha ido tejiendo a lo largo de los años y seguir las vetas de las diferentes maderas para dejar a la luz sus tesoros escondidos, hemos gozado dejando resbalar entre nuestras manos el barro hasta hacer que se convierta en expresión de nuestros deseos,…hemos aprendido muchas cosas a lo largo de estos años.
            Pero no es menos cierto que lo mejor que nos queda de tan magistrales clases es tu manera de respetar a todas y cada una de las personas que hemos disfrutado de los cursos de la Escuela. Hemos podido aprender que es más importante dedicar un momento a charlar con el compañero de mesa que hacer una pieza esplendorosa, que lo importante no es la exactitud de la obra sino que sea expresión de lo que sientes, que para alcanzar una técnica depurada son necesarias muchas horas de ensayo y errores pero que para gozar de una actividad manual lo importante es el esfuerzo, la constancia y la espontaneidad. Y hoy, sobre todo, queremos agradecerte que esas lecciones artísticas de los sábados a la tarde nos han servido para otros aspectos de la vida de cada día en nuestra familia y en nuestro pueblo.
            Es cierto que la Escuela Artística “Valle de Llanteno” es fruto de las aportaciones de diferentes personas, cada una con sus habilidades, cada una con sus aportaciones cada una con la intención de “tapar” las deficiencias del compañero,… Así nos lo has recordado y nos lo has hecho vivir a quienes hemos tenido la suerte de compartir responsabilidades en la animación de la Escuela. Pero no es menos cierto que tu sola presencia, tus aportaciones y, sobre todo, tu forma de ser y de actuar nos han hecho sentirnos orgullosos de esta Escuela que comenzó como un reto y ha conseguido ser una realidad apreciada por muchos y hasta envidiada por otros tantos.
            Gracias, Luis. Comprendemos y, sobre todo, respetamos tu decisión. Por nuestra parte, vamos a esforzarnos para que, siguiendo tu ejemplo, la Escuela Artística “Valle de Llanteno” sea siempre un espacio de encuentro, de respeto y de crecimiento de las personas. Seguro que te vamos a tener que “molestar” en más de una ocasión y por eso permítenos terminar este sencillo acto de agradecimiento rogando que sigas aportando tu forma de ser y de hacer las cosas en esta Escuela a la que tanto has regalado. Lo vamos a necesitar.
            Luis, siempre estaremos orgullosos de haber participado en tu “cátedra más mimada”.
            Eskerrik asko!!!!

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