sábado, 27 de abril de 2019

JORNADA DE REFLEXIÓN
¡Es verdad que viene bien!

Viene bien un poco de silencio de mensajes que necesitan ser depurados antes de ser absorbidos para no terminar con una indigestión. Todas horas parecen ser buenas, todos los lugares los apropiados, sobre cualquier tema siempre hay muchos equivocados o farsantes y uno solo el afortunado adalid de la verdad.
Es verdad que viene bien un poco de reflexión y, sobre todo, viene bien el silencio porque llegan a ser demasiado repetitivas las voces de “las dos docenas” de personas que parece que concurren a las urnas. Haces memoria de las personas a las que has escuchado su programa, sus aspiraciones, sus ofertas a la ciudadanía,… y te das cuenta de que las voces son demasiado pocas y excesivamente repetitivas.
Viene bien dedicar una poco de tiempo a poner en orden los mensajes recibidos y también los no escuchados. Hacer un filtraje de las cosas que estabas esperando escuchar y no han llegado a salir a la luz de los intervinientes y aquellas otras que no esperabas escuchar y te han sorprendido.
En ese sentido sí que me apetece Compartir con vosotros la sorpresa que me he llevado al descubrir que los temas sobre lo que más me interesaba conocer la posición de las diferentes corrientes políticas prácticamente no han tenido el empaque por mí deseado.
He escuchado muchas intervenciones hablando de cifras pero muy pocas de personas, han hablado mucho de territorio pero poco de universalidad, han hablado mucho de búsqueda de crecimiento económico pero no he escuchado hablar de “a costa de quién” se va a realizar, he escuchado hablar poco de educación y casi siempre el objetivo final era educar “para producir” pero a nadie, al menos de las grandes siglas, les he escuchado hablar de forjar personalidades fuertes, comprometidas, intuitivas,… Es verdad que he escuchado, leído, bastantes cosas pero son bastantes más las que he echado de menos.
Y si es verdad que he echado en falta algunos temas, otros me han dolido, incluso irritado, desde su mismo planteamiento. Pongo algunos ejemplos:
.- el cuidado y mejora del medio ambiente será una realidad poniendo más dinero encima de la mesa… en lugar de cambiar actitudes personales y comunitarias y renunciando a ciertos privilegios auto-otorgados;
.- la justicia no funciona por falta de presupuesto… sin entrar a valorar la falta de ética y la utilización torticera de la que debe ser una de las bases sólidas de la sociedad;
.- proponer que la solución del problema, de la vergüenza, del paro sea realizar una nueva reforma laboral “a mi modo y manera”… pero sin escuchar ninguna reflexión sobre el papel del trabajo en una sociedad que se desarrolla a una velocidad que todo lo aplasta y que necesita soluciones de hoy para hoy;
.- declaraciones sobre los inmigrantes por las que deberían estar encarcelados quienes son capaces de vociferarlas, aquellos que simplemente ignoran o hablan de ellos sólo como “números necesarios” para engordar las estadísticas oficiales… simplemente noo es necesario preguntarse por sus necesidades, por sus valores y culturas, por sus aspiraciones y derechos, por sus familias y sus pueblos, por… Números, sólo números, para tapar mis necesidades.
.- …
Estoy pensando que voy a dejar que se vaya acabando esta “jornada de reflexión oficial” con el compromiso de seguir reflexionando a diario sin que nadie me lo exija ni nadie me lo planifique. Eso sí. Mañana votaré para cumplir con mi derecho y deber de ciudadano y lo haré feliz por tener la posibilidad de expresar mi parecer.

sábado, 20 de abril de 2019

MAÑANA DE SÁBADO SANTO
A cuenta de la Religiosidad Popular


No es mi intención en esta “mañana santa” realizar un análisis ni una valoración sesuda de la realidad, necesidad u oportunidad de la Religiosidad Popular en nuestra sociedad y su sentido a la hora de vivir nuestra fe. Ya hay muchos estudios y muchas valoraciones de la misma.
Solo quiero constatar lo agradable y edificante que es acercarse a las expresión de esa Religiosidad sin “corsés” previos, tantas veces instalados en nuestras estructuras mentales y que no dejan espacio a la vivencia y expresión de lo que nuestro corazón siente.

Ver el cariño con el que la encargada de turno le cambia a la imagen de la Dolorosa su “traje diario” por el “traje de fiesta”, ver el cariño con el que el emigrante se agarra a la Cruz de Jesús, sentir la emoción de la señora mayor que “presta su pie” para recordar el gesto de Jesús en su cena de despedida, la mimada preparación de los detalles de las procesiones, sentir que el silencio de las celebraciones es un silencio preñado de sentimientos,…
No siempre son las expresiones encorsetadas de la liturgia las que hacen surgir los sentimientos profundos de las personas. Muchas veces, también en la Semana Santa, lo que no tiene demasiada importancia en “lo oficial” es lo que hace vivir el sentido más profundo de lo que nos une en la celebración.
Respeto a lo que vive, y siente, el hermano y abrir nuestro corazón cada día para poder recibir su “lección” son actitudes que nos enriquecerán y nos hará sentirnos realmente “prójimos” de quien está “próximo”.

No es día de muchas palabras la mañana del Sábado Santo. La Iglesia entera estamos a la espera de la gran fiesta pascual mientras compartimos el dolor de la Madre que ha perdido el hijo de una manera injustificable, la frustración de quienes dejaron su trabajo y su familia por seguir a Jesús, del pueblo sencillo que por fin había conocido al Mesías esperado,… y mientras nos encontramos especialmente unidos a los crucificados de nuestro tiempo… Son multitud.
Una mañana dolorosa pero esperanzada.

sábado, 13 de abril de 2019


AMOR
El eje central de la Semana Santa

No quiero caer en la tentación de resumir el calado de la Semana Santa en una sola palabra. Sé que se trata de un objetivo llamado al fracaso. Es tal la riqueza de estas jornadas próximas que puede parecer reduccionista resumir en un palabra todo su sentido.
Sin embargo, también es verdad que la palabra no es una palabra cualquiera.
Se trata de un vocablo único: Amor. Ni más ni menos. Y no me parece reduccionista ponerse como objetivo principal descubrir, y vivir, la presencia del Amor en su máxima expresión a lo largo de los días de la Semana Santa. Si fuéramos capaces de hacerlo… la Semana Santa se habrá convertido en una maravillosa experiencia de encuentro con Dios-Amor y con los Hermanos-Prójimos.
Amor en las personas que “alfombran” la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén a pesar de que no era nada fácil posicionarse a favor del Nazareno y mucho menos gritar: “¡Bendito el que viene como rey, en nombre del Señor!”.No estaba el ambiente en las esferas políticas y religiosas como para andar proclamando la realeza de Jesús. 
Amor en la Cena de despedida con sus “compañeros de fatigas”, Amor al ver a un Jesús que se arrodilla y lava los pies a sus discípulos, Amor de un Jesús que insiste en quedarse con nosotros a través de un poco pan y una copa de vino, Amor a Dios Padre al cumplir su voluntad, no sin momentos de angustia en el Monte de los Olivos,…
Amor que es necesario descubrir en los lamentos de Pedro al reconocer su negación al cantar el gallo por tercera vez o en las lágrimas de las mujeres de Jerusalén que son espectadoras activas en las caídas de Jesús bajo el peso de la Cruz. El Cirineo, la Verónica, María Magdalena, Juan,…
Amor expresado con lágrimas en los ojos de una Madre que ve la injusticia que están haciendo con su hijo en un juicio amañado, torturas incluidas, y cuyo camino es, irremediablemente, la subida al Gólgota.
Amor, sin muchas palabras pero cargado de contenido, de un Jesús que desde la Cruz nos deja a María como Madre nuestra. También tuya y mía. Amor confiado en un Padre al que grita: “En tus manos encomiendo tu Espíritu”,…
Amor, en su máxima expresión, de un Dios Padre, tantas veces presentado por Jesús, que no abandona a su hijo y que hace posible su Resurrección, la Resurrección de todos sus hijos, como prueba ineludible de su compromiso de Amor Infinito a toda la Humanidad. ¿Acaso no es una manifestación inmensa de Amor la apuesta de este Dios de la Vida?
Un Amor que nos libera de la muerte y, por supuesto, de todas las demás cosas que no nos dejan ser felices. De todas esas “mochilas” que nos vamos poniendo, y nos van poniendo, y hacen que nuestro caminar sea pesado, cansino y nada atrayente.
Paree que tras la Resurrección de Jesús, debiéramos saber vivir desde ese Amor Liberador que nos haga sentirnos felices desde que ponemos el pie en el suelo a las mañanas hasta que nos acostamos. Amor que ha de convertirse en el eje sobre el que pivotar nuestras ilusiones y esperanzas, nuestros esfuerzos y fracasos,...
Amor en tantas personas sencillas y en tantos pueblos que estos días son capaces de expresar ese sentimiento de mil y un maneras: celebraciones, procesiones, cantos, trompetas y tambores,... Vestidos para la ocasión,… tradiciones gastronómicas o bailes propios de estas fechas.
No es posible agotar el listado de todas las manifestaciones de Amor que, de una manera u otra, vamos a tener la oportunidad de disfrutar a lo largo de esta Semana Santa pero sí quiero aprovechar la ocasión para invitaros a que pongamos todo lo necesario para gozar, para no repetir sino actualizar, para “sacar todo el jugo” a estos días tan especiales,… para crecer en nuestro Amor a Dios y en el Amor a los hermanos.
¡¡¡Feliz Semana Santa 2019!!!





RETOMAR EL EJERCICIO  DE
“COMPARTIR SIN PRISA”

Ha pasado casi un Año Litúrgico, ha pasado algo más de un año natural,… y, de nuevo, retomo este espacio con el mismo objetivo desde su comienzo: “Compartir sin prisa”. Compartir algunas de las cosas que me apetece poner por escrito con personas a las que aprecio.

Algunas circunstancias vitales han hecho que este espacio de silencio haya sido demasiado largo… pero a veces es necesario hacer opciones que conllevan “efectos colaterales” y, como todos sabemos, no siempre  se puede hacer lo que a uno más le apetece… ni tampoco es lo más “sano”.
Seguiré “compartiendo” sin ningún ritmo estipulado, seguiré “compartiendo” aquello que más me apetezca, seguiré “compartiendo” lo que crea que pueda tener algún interés para aquellos que habéis expresado vuestra voluntad de “compartir”, intentaré seguir mimando la imagen,…, seguiré equivocándome,…
Es decir, sin demasiados cambios de lo que hasta el año pasado fue este espacio de encuentro, “sin prisa”. Más de 14.000 visitas al blog… habla de que “no todo se hacía mal”. No me importa el número… pero sí intentaré que siga siento un espacio para “COMPARTIR” y, no menos importante, “SIN PRISA”.

Es verdad que mi actual “espacio vital” es diferente al de los últimos años y seguramente plasmaré asuntos diferentes que son los actualmente ocupan mi día a día… Una nueva experiencia que “Compartir” con todos vosotros.
Deseo que todos nos encontremos a gusto y disfrutemos.