Escuchando los noticieros que, supuestamente, nos informan de los primeros pasos del Presidente de los EEUU, me ha venido a la memoria esta imagen tomada de un mural realizado en un edifico de cinco plantas.
Al escuchar hablar de deportaciones, redadas, ejército, cierre de fronteras, emergencia nacional,... y mil burradas varias, me quedo sin poder reaccionar antes semejantes barbaridades.
Es cierto que estoy muy lejos de aquel País, pero es que no entiendo nada. ¿Qué tanto por ciento de ese país ha llegado desde la inmigración en los últimos 200 años? ¿Cuántos de los que se van a dedicar a menospreciar, apabullar, esposar y expulsar llevan más de seis u ocho generaciones en EEUU?
No entro a juzgar aquella situación porque tal vez haya muchas cosas que no conozca, pero lo que más me preocupa es que esa manera de tratar a quienes quieren labrarse una vida en la que puedan comer todos los días, sean tratados de igual manera entre nosotros, a este lado del Atlántico.
Por si acaso, no olvidar la cantidad de familias que tuvieron que marcharse de nuestros caseríos a lugares muy lejanos para poder vivir con un mínimo de dignidad. No olvidar la cantidad de familias que se acercaron a estos lugares desde otras provincias en busca de una vida digna y cómo ayudaron a que este país sea un lugar en el que tener un hogar, una atención médica aceptable y un plato de comida de calidad.
¿Tan pronto se nos ha olvidado lo que ha sucedido en nuestros pueblos y familias? Olvidar esto es equivocarse... y cada vez estamos más cerca de hacerlo.
¿Quién no conoce a alguna persona llegada "sin papeles", según "nuestras leyes", que está ayudándonos a cuidar a nuestros mayores o limpiando nuestros montes?
¿Qué repercusión tendría en nuestros pueblos y familias si, de un día para otro, se marchan todas las personas latinoamericanas, por poner un ejemplo, que están atendiendo a nuestros mayores?
Y si se marchan todos los rumanos, ucranianos,... ¿Cómo quedarían los gremios de la construcción? Y si...
Por favor, no tengamos la tentación de sentirnos dueños de la vida y de los sueños de las personas, ni nos sintamos poseedores de ningún "pedazo del mundo", ni caigamos en la tentación de utilizar a nuestros iguales solamente para "solucionar" nuestras necesidades,... sin partir de que son personas como nosotros, exactamente iguales que nosotros.
En este momento necesitan de nuestra ayuda y, a buen seguro, que ellos también nos ayudarán a superar algunas de las dificultades intrínsecas para las que no encontramos solución.
Os invito a regresar a la imagen... a mí me ayuda a reflexionar... y me apetece "Compartirlo sin prisa".
Hasta la próxima ocasión.