Visto lo visto y oído lo oído a uno le queda la sensación de vivir en un mundo sucio, en un mundo en el que es complicado respirar “aire sano”. Parece que hay demasiada suciedad en nuestros días como para poder vivir con la sonrisa en nuestros labios.
Ayer a la noche tuve la sensación de que me acostaba sucio, como si no hubiera tenido la oportunidad de ducharme para quitar el sudor pegajoso de la jornada. No es nada agradable y mucho menos si ese “sudor” no es fruto de tu ejercicio, trabajo o relajo sino de una situación que te supera.
Ver las noticias en los noticieros, echar un vistazo a la prensa del momento, “navegar” un ratito en las redes,… me dejó un mal sabor de boca que, aún a estas horas me sigue persiguiendo.
Un breve resumen. Los insultos, desprecios, mentiras, medias-mentiras, incapacidad de escucha y diálogo, “y tú más”,… Lo sucedido, otra vez más, en el Parlamento que debiera ser el lugar de encontrar salidas comunes a problemas de las personas…. da miedo, por no decir asco o rabia, me produce un mugriento sudor… ¿Cómo es posible tanta suciedad?
¿A qué viene tan desmedida persecución del poder y del linchamiento de quien piensa o vive de distinta manera a la tuya?
¿Es imposible que alguien, solo alguien, ponga un poco de cordura o es que nos hemos embrutecido de tal manera que tan solo el poder es el objetivo a conseguir sin importar el cómo, el para qué ni por encima de quién? Para mi gusto… demasiada suciedad.
Noticias e imágenes de Gaza, imágenes de destrucción total. Genocidio, Exterminio, Masacre,… no creo que haya una palabra que recoja tanta brutalidad, tanta suciedad, tanto horror, tanto odio como para “matar por deporte”, “arrasar para conseguir un erial en el que colocar hamacas,… Y ante esa realidad televisada… palabras dubitativas y medidas titubeantes… ¿Qué nos pasa” ¿Cómo podemos acostarnos tranquilos con tanta suciedad? Cuesta mucho…
Y si esto parece poca cosa para sentirse sucio,… podemos añadir los amenazantes drones rusos que son enviados fuera de sus fronteras, el día de paro en Francia,… y, para terminar el día, el asesinato a bocajarro de un joven amigo de Trump con un disparo certero mientras defendía el uso de las armas. ¿No hay otra amanera de expresar mi opinión que con un tiro? ¿Esa es la manera de imponerme? Nunca estaré de acuerdo con el uso de las armas pero… ¿un tiro? Lo que faltaba para poder fin a una jornada muy, muy sucia.
Por anotar otro asunto que me sigue produciendo “cierto sudor”, al comienzo del año escolar,… ¿ya tenemos claro el lugar que va a ocupar la “Inteligencia Artificial” en la Educación de nuestros pequeños, jóvenes y mayores? Es un asunto que sigue ocupando espacio de nuestras vidas y, que yo sepa, nadie nos ha dado la voz para decir hasta dónde y cuándo ha de ser una herramienta que nos va a ayudar a ser mejores personas o que se convierta en una “idiotización general”.
La verdad es que ayer me costó mucho conciliar el sueño con tanta “suciedad” acumulada en una sola jornada. Y, además, creía que tenía motivos sobrados para sentirme así, sucio.
¿Y ante esto? ¿Nos encerramos en casa para que unos pocos, e interesados, decidan lo que les parezca? ¿Por qué estamos llegando a esta realidad? ¿Qué futuro vamos a dejar a quienes vienen por detrás? ¿Esto es por lo que lucharon quienes nos han precedido?
Reconozco que durante todo el día estoy intentando encontrar un camino menos sucio y me sigue pareciendo de rigurosa actualidad regresar al Evangelio: Fraternidad, Justicia, Libertad, Compartir, Amor, Trascendencia, Opción por los pobres, Humildad, Esfuerzo, Perdón, ser Agradecidos,…
Tal vez sea el momento de tomarnos en serio ese Proyecto tal olvidado y tantas veces denostado en nuestra “supuesta modernidad”.
Perdonad por la extensión de estas líneas. Necesitaba “darme una ducha compartida” para poder descansar esta noche.



