Pues... ya ha llegado el final del año 2025. Para algunos con muchas ganas de que llegara y para otros con pena porque no continúe un tiempito más. Como siempre... difícil de ponernos de acuerdo. ¡Nada nuevo!
Creo que lo mejor que tiene el final del año es que en una buena "excusa" para pararse un momento y realizar una valoración o revisión de lo que hemos vivido en este año que despedimos, personalmente y también como miembros de este mundo al que pertenecemos.
No estaría de más que, además, esa revisión la hiciéramos en las diferentes realidades de nuestro día a día: la familia, el trabajo, la iglesia, la salud, las amistades,... Así como los árboles de la imagen "se desnudan", así también debiéramos hacerlo nosotros.
Son unos días bonitos, creo yo, para "desnudarnos por dentro" para quitarnos los estorbos que no nos dejan ser sinceros con nosotros mismos y también para "dejar a la vista" nuestras buenas acciones realizadas en este año que estamos terminando.
Revisar para avanzar. Nunca para quedarnos en donde estamos. Revisar para ser críticos y sinceros pero, sobre todo, para celebrar nuestros aciertos.
Revisar para tomar conciencia, una vez más, de que contamos con muchas personas que nos hacen la vida más fácil, más digna,... más feliz. Y eso sí que hay que celebrar.
En la Iglesia comenzaremos el Año Nuevo pidiendo a María que nos acompañe en los pasos que vayamos dando, como Buena Madre que nunca falla y también participaremos de la Jornada Mundial de la Paz. ¿Cómo podemos seguir confiando en la fuerza para arreglar los problemas? ¡¡¡Es increíble!!!
No nos quedemos "cortos en las expectativas", aunque luego venga... "Paco con las rebajas...".
Urte berri on!!!
¡Feliz Año Nuevo!


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