martes, 17 de marzo de 2020

UN MUNDO DE COLOR

UN MUNDO DE COLOR
Érase una vez un mundo en el que reinaba el color y era causa de alegría y bienestar.
El color de la naturaleza en sus distintas estaciones, con sus diferentes flores, árboles y pájaros, el color de los escaparates que ofrecían desde frutas rojas hasta camisas verdes, además de viajes a mundos desconocidos llenos de exuberantes colores.
El color de las personas que se engalanaban cada vez que salían de casa con sus calcetines llenos de colorines saltones a juego con las bufandas en tiempo de frío y con el jersey cuando se trataba de protegerse de una simple brisa veraniega.
El color de las fábricas que dedicaban sus reuniones a encontrar los colores más hermosos para los juguetes y las pantallas de los móviles con la máxima resolución para que el color fuera fiel al color de los colores.
Pero sucedió que este mundo del color fue recibiendo la noticia de que no toda la tierra estaba dominada por la belleza del color. Había quienes hablaban de que, en lugares lejanos, el color estaba siendo atacado con la peor de las amenazas: la tristeza del “no color”.
Noticias, solo noticias, pero nosotros y nuestras familias estamos muy lejos de semejante enemigo. Ese era el comentario entre columpios de vistosos colores y con el ruido propio de los verdaderos amos de los mismos.
Es cierto que cuando el “no color” fue sumando terreno comenzamos a dudar si semejante enemigo querría jugarnos también a nosotros una mala pasada. Y empezamos a dudar si el color del que disfrutábamos día a día era el verdadero color o tan solo era un color un poco artificial o tan solo el reflejo del verdadero color o… 
Y, mira por dónde, hay un determinado momento en el que se nos anuncia que ese mal amigo llamado “no color” ha llegado entre nosotros casi sin darnos cuenta. Nos anuncian que es verdad, que ha llegado a nuestro pueblo, a nuestras casas y a nuestros amigos más queridos.
¡¡¡No puede ser!!! ¡¡¡A nosotros no nos puede pasar eso!!! ¿Qué vamos a hacer si nos falta el color? ¿Vamos a estar siempre en Blanco y Negro? Se nos dan una serie de indicaciones a realizar y… es verdad. ¡¡Está aquí!!
En muy pocas horas hemos perdido el color de los juegos con los amigos, el color de las gelas, el color de los balones rodando por nuestras plazas, el “color” de nuestra peleas y de nuestros “amigamientos”, el color de nuestras extraescolares, el color de la Cate,… ¡¡¡Pues sí que es verdad que este “no color” es fuerte!!!
¿Y ahora?
Pues ahora nos toca descubrir otros colores que tal vez teníamos un poco despistados. Vamos a gozar del color de la casa calentita y de las pinturas de colores que tenemos, del color de las amamas/aitites que nos miman, del color de ama y aita que van a trabajar para que nuestro mundo pueda recuperar el color que siempre ha tenido, vamos a demostrar que somos responsables y que hacemos los deberes porque no dentro de mucho tiempo vamos a tener dar nosotros el color a este pueblo,… Podemos hacer muchas cosas para dar color y “hacérselas pasar estrechas” a ese “no color” al que no vamos a dejarle quedarse entre nosotros.
El color volverá a ser el protagonista de nuestras calles y los parques se volverán a llenar de carreras, gritos y peleas por ocupar el columpio deseado, volveremos a la gela y lo haremos contentos de ver a los amigos, de saludarles, darles un abrazo… y tal vez algún pellizco para que haya un poco de “ambientillo”...
Pero no esperemos ese momento con los brazos cruzados. Todos podemos colorear algo para evitar este abuso del “no color”. Por ejemplo, todos podemos apoyar a los que están luchando día a día para que vayan surgiendo pequeños detalles de color en nuestro pueblo y todos, también los más pequeños, debemos convertirnos en pintores de colores en nuestras casas haciendo más felices a los que están a nuestro alrededor.
Llegará la victoria del color…. y lo celebraremos como se merece la ocasión.
¡¡¡Que nadie lo dude!!!

1 comentario:

  1. Bonita analogía entre el "no color" y lo que está sucediendo en nuestras vidas con el coronavirus. Solo un matiz importante, Ritxard; Hay que estar lo menos posible con los aitites y amamas, por dura que sea la separación física. Son los mas susceptibles de que, caso de contraer la enfermedad, se les complique mucho la situación, máxime si tienen patologías previas. Se les puede hacer la compra, llamarles por teléfono o por videoconferencia los que puedan. Que sepan que estamos a su lado y muy cerca. Una reflexión; Cuando el COVID-19 afectaba a unos "chinitos" de una ciudad remota de Asia de nombre impronunciable, la preocupación en Occidente (ombligo del mundo como bien sabemos todos), con honrosas excepciones, era casi nula. Nos fijábamos en anécdotas tales como lo rápido que construían Hospitales. Algo parecido pasó con el virus del Evola; Mientras se limitaba a afectar a unos cuantos "negritos" de Africa, medio titular en los telediarios pasado el "boom" inicial. Cuando repatriaron a dos misioneros españoles (que, por desgracia fallecieron después) y se contagió una enfermera (que se salvó), la cosa ya preocupaba bastante mas y era objeto diario de atención en los medios de comunicación. Hasta se discutía por el sacrificio de la mascota de dicha enfermera. ¡¡ Que miopes somos muchas veces !!. Máxime en un mundo globalizado. Por desgracia, tenemos dos varas de medir. Esperemos que, aunque sea de este modo, vayamos sacando consecuencias y aprendamos la lección. Un saludo a todos y a cuidarse.

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