Hay
algunas cosas, algunos paisajes, algunos paisanajes, algunos… que te cansas de
verlos. Parece que en un primer momento te hacen tener sensaciones especiales
pero si por cualquier motivo te topas a menudo con ellos… o simplemente los
ignoras o incluso te empiezan a molestar.
Sin
embargo hay otras situaciones, otras realidades, otros escenarios, otros… que
nunca cansan. Siempre hay algo nuevo. Siempre te producen nuevas experiencias,
nuevos sentimientos,… y siempre agradables. Personalmente siento que la
naturaleza es una de esas realidades que siempre te sorprende y me lleva a ser
extraordinariamente agradecido por poder disfrutar diariamente de ella.
Paisajes
que hablan de la manera de ser de las personas y los pueblos, flores que
exhiben su belleza y sencillez esculpidas durante siglos, aves que surcan los
cielos sin perder detalle de lo que sucede bajo sus alas, árboles que se
amoldan con sabiduría a los elementos que les rodean, agua que discurre con
elegancia y regalando vida,…
Las
imágenes que hoy me apetece “Compartir sin prisa” con vosotros son una de esas
experiencias visuales que nunca aburren, que siempre hablan diferente, que recitan
tantas cosas que nunca puedes reflejarlo en una imagen por mucho que lo
intentes. Siempre te retiras del espectáculo con la sensación de que es
necesario regresar al palco para gozar, en primer lugar, del “Autor y
Director”, de los actores, del telón de fondo, de la acústica maravillosa, de
los caprichos decorativos, de…
Sé
que nada tiene que ver una estampa con asistir a la representación en una
butaca privilegiada pero para aquellos que no tenéis la oportunidad de
acercaros a la “función”…
Que ustedes lo disfruten.
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