Hace pocas semanas visitaba un local dedicado a la
escucha, promoción y formación de las mujeres más necesitadas que está
presidido por la imagen que quería compartir con todos vosotros en esta jornada
siempre especial.
Me parece, y por eso la comparto, que es suficientemente
elocuente como para dejar que provoque en todos nosotros alguna que otra
reflexión. Una frase que tiene el respaldo de esta mujer que “lo firma” y que fue
asesinada en 1960 por su compromiso social en la dictadura de Trujillo. Creo
que quien es capaz de dar su vida por algo siempre, siempre, debe merecer
nuestro respeto, nuestra escucha y nuestra admiración.
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