viernes, 17 de noviembre de 2017

"Los pobres no son un problema"


No amemos de palabra sino con obras”, éste es el título del Mensaje del Papa Francisco para la “I Jornada Mundial de los Pobres” que nos invita a celebrar en este próximo domingo 19 de Noviembre de 2017. Un título que lo toma de la primera carta de San Juan (3,18) y que no necesita de demasiadas explicaciones para comprender su significado.
Una Jornada en la que el objetivo no es recaudar dinero, como otras jornadas o campañas de la Iglesia o de ONG´s o de…, sino “estimular a los creyentes para que reaccionen ante la cultura del descarte y del derroche, haciendo suya la cultura del encuentro”. Una Jornada que debiera ayudarnos a abrir los ojos y provocar una reflexión sobre una realidad sangrante en nuestro mundo, en general, y también de nuestros pueblos y ciudades más cercanas: “La pobreza nos desafía todos los días con sus muchas caras marcadas por el dolor, la marginación, la opresión, la violencia, la tortura y el encarcelamiento, la guerra, la privación de la libertad y de la dignidad, por la ignorancia y el analfabetismo, por la emergencia sanitaria y la falta de trabajo, el tráfico de personas y la esclavitud, el exilio y la miseria, y por la migración forzada.” ¿No tenemos noticias, imágenes, estadísticas,… de estas realidades todos los días?

Una Jornada que “está dirigida a todos independientemente de su confesión religiosa” y en la que no se nos invita a reflexionar sobre teorías paralizantes sino a hacer una reflexión que nos lance a la acción sin perder nunca de vista que “la pobreza tiene el rostro de mujeres, hombres y niños explotados por viles intereses, pisoteados por la lógica perversa del poder y el dinero.
Ante este escenario, no se puede permanecer inactivos, ni tampoco resignados”, escribe Francisco, y en otro lugar de su mensaje nos recuerda que “estamos llamados a tender la mano a los pobres, a encontrarlos, a mirarlos a los ojos, a abrazarlos, para hacerles sentir el calor del amor que rompe el círculo de soledad.
Termino estas líneas con las mismas palabras que termina el Papa su mensaje: “Los pobres no son un problema, sino un recurso al cual acudir para acoger y vivir la esencia del Evangelio.” Tal vez cuando nos creamos esto nuestro mundo sea diferente y, por supuesto, también nuestra Iglesia.
Para aquellos que queráis acudir a la lectura del mensaje de Francisco en su totalidad, os dejo este enlace:

1 comentario:

  1. No podemos salvar al mundo individualmente, pero ello no es excusa para dejar de actuar. Cada uno en función de sus disponibilidades, sean materiales o temporales. Un grano no hace granero pero ayuda al compañero. Es muy cómodo trasladar la responsabilidad a los gobiernos e instituciones. Pero, en mi opinión, cada uno tenemos nuestra parte alícuota de esa responsabilidad. Indelegable e intransmisible. Hechos son amores y no buenas razones. Con la mirada puesta en los pobres, el Santo Padre se centra en lo nuclear del evangelio de Jesús. Sentía predilección por los pobres, los oprimidos y los niños. Un saludo a todos.

    ResponderEliminar