Dedica
un minuto a leer la imagen antes de continuar
Basta abrir los ojos cuando estás en contacto con
la naturaleza para gozar de espectáculos difíciles de reproducir en una sola
imagen. Da lo mismo que pongas la mejor de tus intenciones, que apliques todos
tus conocimientos de la técnica fotográfica, que agotes todas tus reservas de
paciencia,… Nunca consigues que una imagen plasme lo que la naturaleza te
regala.
Es por eso que cuando te paras a ver la
fotografía en el ordenador ya no importa tanto la foto en sí cuanto el lugar en
el que la has tomado, el momento reflejado y lo vivido y reflexionado mientras intentabas
captar la imagen. Es una segunda ocasión de gozar de la fotografía que no me
apetece perdérmela. Mi intención con esta entrada es “compartir sin prisa” con
vosotros esta segunda lectura de la imagen e invitaros a que realicéis el mismo
ejercicio.
La imagen de hoy se trata de uno de los mayores
espectáculos que la naturaleza te regala en esta época del año. Un espectáculo
casi inapreciable por lo liviano del actor pero cargado de belleza, de
fragilidad, de dulzura, de siglos y siglos de evolución, de… Puedes continuar
la lista...
Es cierto que a la protagonista de la imagen le
falta unos detalles en su ala izquierda y que si miras despacio también encontrarás
que le falta uno de sus “timones de cola”. ¿Es menos bella porque no es
perfecta? Es evidente que su vuelo no era tan perfecto como el de su compañera
que también merodeaba por las mismas hierbas pero… ¿cuántas “mariposas
imperfectas” conoces que revolotean a tu alrededor? ¿Sus imperfecciones te
impiden gozar de su belleza?...
Hace años se hizo famosa la frase de que “la arruga
es bella” y hoy me apetece invitaros a que disfrutéis de las “imperfecciones”
de la mariposa de la foto y de las “imperfecciones” de quienes os rodean.
Que os vaya bien en el intento.
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