Jesús les
propuso esta parábola:
«Un
hombre rico tuvo una gran cosecha.
Y empezó a echar cálculos: "¿Qué haré?
No tengo donde almacenar la cosecha."
Y se
dijo:
"Haré
lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y
almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí
mismo: hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y
date buena vida."
Pero Dios
le dijo:
Así será
el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios.» (Lucas 12,13-21)
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