Se acaba el año 2016 y parece que es
un buen momento para hacer una evaluación del período que finaliza. Al menos,
parece una ocasión propicia para hacer lectura rápida de lo sucedido y lo que
quedó por suceder. Cada cual desde su realidad, desde sus aspiraciones, desde
sus.. parece un ejercicio que puede ayudar a saber de dónde venimos, en dónde
estamos y hacia dónde caminamos. No está mal hacerlo de vez en cuando y tal vez
el último día del año sea una buena fecha, aunque tampoco tiene por qué ser la
única del calendario.
Una fecha para recoger los frutos
buscados, trabajados y también los recibidos como regalos. Una fecha para hacer
listados de amigos añadidos a la agenda personal y también para eliminar
aquellos que se han perdido por diversas circunstancias. Y también un día
indicado para reconocer la imposibilidad de haber conseguido todos los
objetivos marcados.
Hoy es el último día del año y
también apetece dirigirse a las personas que más quieres para decirles gracias
por haber compartido el camino de este año que termina y también para pedirles
perdón por las veces en las que la amistad no ha sido suficientemente mimada.
Gracias y perdón debieran ser palabras, y sentimientos, que no se queden en los
labios y mucho menos que queden olvidadas en el corazón. Se acaba el año y es
bueno, y tal vez necesario, ayudarlas a que se alojen en los corazones de los
que nos rodean.
Y a buen seguro que es un momento
apropiado para hacerle llegar a Dios nuestro agradecimiento por los regalos
recibidos por su Bondad Infinita. No vamos a acabar de hacer una lista
minuciosa de todo lo recibido pero al menos que volvamos a darle las gracias
por la llegada de su Hijo a cada una de nuestras casas y a todos los pueblos de
la tierra. Gracias por María a quien mañana recordaremos en las celebraciones
de la primera Eucaristía del año. Darle gracias por la cantidad de “ángeles de
carne y hueso” que pone en nuestro caminar para indicarnos e iluminar la ruta a
seguir. Gracias por la naturaleza que nos rodea y que no siempre cuidamos como
debiéramos. Gracias por… podéis seguir con la lista personal…
Y, por último, también es una
oportunidad para que vayamos pergeñando los objetivos a cumplir en el año 2017,
que vayamos concretando los medios a utilizar y los pasos a dar en este camino
a recorrer que es la vida. Sí es bueno que nos engañemos a nosotros mismos y no
nos pongamos metas inalcanzables que siempre son causa de frustraciones y no
sirven para nada ni para nadie. Y también me atrevo a indicar que no seamos egoístas y dediquemos
un tiempo a descubrir lo que necesitan los que nos rodean y lo que necesita
este mundo en el que nos toca vivir. Dedicar “un apartado” a lo que podemos
aportar a quienes nos rodean… parece que es una buena opción. Simplemente por dejarlo
anotado.
Feliz año nuevo 2017. Que ustedes lo
disfruten, que lo llenen de color y que lo podamos compartir con quienes nos
quieren y con quienes queremos. Esa será una buena medida de que el nuevo año
se va desarrollando según nuestros deseos y de que van desapareciendo nuestros
“ardores”.
Que sean felices ustedes, sus
familias, sus amigos… y también sus “enemigos”.
Gracias amigo, gracias por compartir con nosotros pensamientos y sentimientos. Nos alegramos cuando vemos anunciado un nuevo "Compartir sin prisa". Lo leemos con gusto, lo guardamos en el corazón, pero no te decimos nada. Hoy quiero decirte GRACIAS RITXAR porque nos acompañas en el caminar. Perdónanos que seamos tan mudos. Te queremos mucho. URTE BERRI ON!!! para ti. Te queremos cerca un año mas.
ResponderEliminarGracias a vosotros que soportáis estoicamente cada una de las entradas.
ResponderEliminarGracias especialmente a los que os encontráis tan lejos de casa presentando la Buena Noticia del Evangelio.
Un fuerte abrazo para ti y para toda la Iglesia Centroamericana.
Que todo te vaya bien!!!!