La Natividad de Jesús, su nacimiento en las "condiciones" que nos narra el Evangelio y su Nacimiento en esta sociedad en la que nos toca vivir a nosotros y para las sociedades del mundo entero, la siento como una de las Fiestas más bonitas del año, si no la más bonita.
Ya sé que la palabra "bonita" tiene tantos significados que "dice mucho" y puede hasta "no decir nada". Sin embargo, no encuentro otra palabra que defina mejor lo que siento y vivo en esta jornada.
Seguramente no es día de Compartir reflexiones sesudas sino de Compartir sentimientos que iluminan muchas de las opciones vitales a las que intentas hacer un hueco en el día a día: Dios-con-nosotros, Humildad, Pequeñez, Pobreza, Luz, los "sin-techo", Enviados de Dios ("ángeles"), Estrella "indicadora", Pastores, Magos, Regalos,... Son tantas cosas hermosas las que recordamos, celebramos y actualizamos que... es imposible, creo yo, abstraerse del núcleo central de la Fiesta.
Habrá ocasiones de profundizar pero hoy es día de celebrar "a puño cerrado" lo que "tenemos entre manos" y compartirlo con tod@s sin excepción. Las Buenas Noticias "encerradas en burbujas"... pierden buena parte de su esplendor.
Lectura del evangelio según San Lucas 2,1-15
En aquel tiempo, salió un decreto del emperador Augusto, ordenando hacer un censo del mundo entero. Éste fue el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria.
Y todos iban a inscribirse, cada cual a su ciudad. También José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para inscribirse con su esposa María, que estaba encinta.
Y mientras estaba allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada.
En aquella región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño. Y un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor.
El ángel les dijo:
"No temáis, os traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre."
De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:
"Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor."
Cuando los ángeles los dejaron, los pastores se decían unos a otros: "Vamos derechos a Belén, a ver eso que ha pasado y que nos ha comunicado el Señor."
EGUBERRI ON/FELIZ NAVIDAD
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