Esto que seguro que los hemos escuchado muchas veces, también nos viene bien para lo que estamos a punto de vivir en nuestras casas y en nuestros corazones. No nos relajemos. Está cerca la Navidad y no es momento de relajarse y emponzoñarnos con las tradiciones y dejar a un lado la NAVIDAD. Los puestos de hoy en Santo Tomás, las luces, los belenes, las visitas del Olentzero o de Santa Claus, la lotería de mañana, las reuniones y cenas del martes, los vinos calientes de...
Disfrutemos de todas las "navidades" pero sin relajarnos en lo que realmente da sentido a todo esto: Dios quiere compartir nuestras vidas y ese Jesús acostado en el pesebre de un establo se presentará como el Salvador de todos los pueblos de la tierra desde la sencillez, la humildad y, como tantas veces lo repetirá y lo hará vida, desde el AMOR.
No nos relajemos en las últimas horas y nos perdamos vivir con intensidad semejante noticia universal. Empieza a asomar el resplandor... pero hay tiempo para los últimos preparativos y no es bueno desaprovechar las ocasiones regaladas.
Un saludo.
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