martes, 10 de diciembre de 2024

ISAÍAS EN ADVIENTO

 


   Solamente unas pocas palabras para haceros llegar una invitación a leer despacio, con calma, este hermoso texto propio del tiempo de Adviento, tiempo de esperanza, tiempo de alegría y tiempo de esfuerzo por nuestra parte. Tiempo de proclamar la buena noticia del Dios que llega, tiempo de cambio, de conversión, de enderezar e igualar lo escabroso de la realidad que nos rodea,...
   Espero que la imagen nos ayude a descubrir un camino cuesta arriba, pedregoso, salpicado de dificultades, pero rodeado siempre de hermosos hitos. Este hermoso texto del Profeta Isaías debiera ser uno de esos acompañantes para llenar de contenido la "espera activa" del Nacimiento del Salvador.

   Un abrazo y que ustedes disfruten. Hasta la próxima ocasión.

 

   Una voz grita:

«En el desierto preparadle
un camino al Señor;
allanad en la estepa
una calzada para nuestro Dios;
que los valles se levanten,
que montes y colinas se abajen,
que lo torcido se enderece
y lo escabroso se iguale.

Se revelará la gloria del Señor,
y verán todos juntos
—ha hablado la boca del Señor—».


Dice una voz: «Grita».
Respondo: «¿Qué debo gritar?».
«Toda carne es hierba
y su belleza como flor campestre:
se agosta la hierba, se marchita la flor,
cuando el aliento del Señor
sopla sobre ellos;
sí, la hierba es el pueblo;
se agosta la hierba, se marchita la flor,
pero la palabra de nuestro Dios
permanece por siempre».


Súbete a un monte elevado,
heraldo de Sión;
alza fuerte la voz,
heraldo de Jerusalén;
álzala, no temas,
di a las ciudades de Judá:
«Aquí está vuestro Dios.


Mirad, el Señor Dios llega con poder
y con su brazo manda.
Mirad, viene con él su salario
y su recompensa lo precede.
Como un pastor que apacienta el rebaño,
reúne con su brazo los corderos
y los lleva sobre el pecho;
cuida él mismo a las ovejas que crían».

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