
Evidentemente no tengo nada en contra sobre esos
estudios, ni mucho menos por quienes optan por ellos, pero sí que en más de una
ocasión me han surgido una serie de interrogantes que hoy me apetece “compartir
sin prisa” con vosotros. En estas fechas pasadas en las que ha habido que hacer
la selectividad, esperar el resultado de la misma, ver si la nota alcanzada
permite elegir los estudios deseados, realizar matrículas,… son temas que están
en la boca de los jóvenes y también de sus familias.
El interrogante que hoy quería compartir con vosotros es el
siguiente: ¿a qué se debe que las carreras técnicas sean las preferidas,
deseadas,… y las carreras de humanidades cada vez tengan menos presencia a la
hora de plantearse una preparación para el futuro?
Busco respuesta a esta cuestión y en lugar de encontrar
respuestas me surgen más interrogantes: ¿estaremos creando una sociedad técnicamente
avanzada y descuidada de la persona? Si las “mentes más preclaras” de nuestros
jóvenes son dedicadas, prácticamente en su totalidad, a la técnica, ¿quiénes se
dedicarán a la filosofía, al estudio de la personalidad o a la educación de
nuestros pequeños? Parece que lo más lógico sería dedicar el máximo de
esfuerzos, y también de “mentes prodigiosas”, a las “humanidades” puesto que en
ello nos va el futuro de la sociedad.
Sin “técnica” dicen que no hay progreso… pero sin
“humanidad” no tienen ningún sentido los “avances técnicos” ya que podemos
convertirlos, muchas veces sin querer, en motivo de disputas, de explotación de
unos hombres a otros, de… Mentiría si no dijera que éste tema me preocupa desde
hace algún tiempo y tampoco le veo fácil solución.
¿Será una moda? ¿Será que la sociedad no tiene falta
de dedicar esfuerzos a quienes la componen sino a “la producción”? ¿Será que es
más rentable una opción universitaria que otra? ¿Será que…? No tengo respuestas
para tantos interrogantes y por eso me apetece compartirlos con vosotros.
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