Evito en esta jornada hacer comentarios sobre lo que, sin
duda, va a ser motivo de comentario en todos los rincones de nuestros pueblos y
ciudades. Se produjeron las elecciones, se desarrollaron con normalidad, la
gente expresó su voluntad y quienes solicitaron el voto tienen tarea para los
próximos días. Esperemos que la realicen con responsabilidad.
Sin embargo, sí quisiera compartir con vosotros algunos
sentimientos que ayer se cruzaron y que hoy me apetece “ordenarlos” en mi
cabeza y compartirlos con vosotros.
A la vez que ayer se celebraba la jornada electoral y
celebrábamos el Día del Señor en las Eucaristías dominicales, se unieron, por
una parte, la llamada de San Pablo a la libertad, “vuestra vocación es la
libertad” (Galatas 5,13) y, por otra parte, mientras me acercaba al colegio electoral me venía
desde mi “archivo musical” más antiguo la canción “Libertad sin ira” del grupo
Jarcha que por el año 1976 era entonado con énfasis en unos momentos políticos
y sociales tan diferentes a los de hoy. Una canción que para los más jóvenes de
hoy no dejará de ser una partitura “casposa y trasnochada” pero que para
quienes en aquellos tiempos estábamos abriendo los ojos a una nueva realidad
política y social se convirtió en un recopilatorio de muchas aspiraciones. Dejo
para los más jóvenes o desmemoriados el enlace para que podáis escucharla y
“reíros” de los ritmos de la canción, de la “variedad instrumental”, de la
calidad del sonido, de los atuendos de los artistas pero…eran otros tiempos: https://www.youtube.com/watch?v=NrROdpJb4Ek
Decía la
canción “sin ira hay libertad” y, pasados 40 años, me sigue pareciendo una
afirmación que puede ser suscrita también hoy. Pero una afirmación que cobra
más fuerza si somos capaces de ponerla en positivo: “con amor hay libertad”. Y
esa afirmación coincide con la segunda lectura que ayer se leyó en todas las
iglesias del mundo..
Ya sé que, una vez más, es ir contracorriente. Soy
consciente de ello. Sé que la libertad, hoy como siempre, también entra entre
los “logros” ofrecidos por la sociedad del dinero y del poder. Pero todos
sabemos, y no nos hacen falta explicaciones, que la libertad no se consigue
“teniendo más”. Lo sabemos por experiencia y porque cuando nos paramos a
analizar nuestra vida y nuestro mundo somos conscientes de que cuantas más cosas
tienes menos libre eres.
Antes de concluir permitidme sumarme a la afirmación de
San Pablo en la carta que escribe a los Gálatas: la vocación de los seguidores
de Jesús no es otra que la libertad y no hay mejor experiencia de libertad que
amar, a Dios, a quien quieres y te quiere, a quien no te quiere, a quien piensa
como tú y a quien piensa diferente. Si quieres ser libre, no hay mejor camino
que amar sin excepción y, aunque parezca radical la consecuencia, si no amas
nunca encontrarás la verdadera libertad. También lo sabemos. Nadie nos tiene
que dar explicaciones. Tal vez nos haga falta dedicar un tiempo, “sin prisa”, para
tomar conciencia de ello y para explicitarlo pero experiencia… tenemos todos.
Que ustedes gocen de esta nueva semana.
Me quedo con esta frase: "no hay mejor experiencia de libertad que amar", por experiencia.
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